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martes, 28 de agosto de 2012

La mujer BEBÍA ORO para sostener su juventud eterna





El oro de la juventud


El caso de la bellísima Diana de Poitiers

 (1499-1566)


Escribe:  Nancy Castagnini, historiadora


El hallazgo de los restos de Diana de Poitiers, amante del rey Enrique II de Francia quien murió a los sesenta y seis años, permitió descubrir la causa: lento envenenamiento por oro líquido. Semejante tragedia no se debió a ninguna intriga  enemiga.  Según su supo, Diana bebía periódicamente pequeñas cantidades de oro para conservar la juventud.


La Francia  de 1795 aseguraba que los restos momificados habrían sido enterrados en Anet su lugar de residencia. Al abrir el ataúd se descubrió su cuerpo profanado, según documentos de la época, durante la Revolución Francesa.

En 2008 se recuperó en el mismo lugar unos restos que coincidían con las de Diana. Los investigadores explicaron que se trataba de una mujer madura que sufría de artrosis y que tenía una fractura en la tibia y el peroné, ésto último consecuencia de  una caída de caballo.  Tratada por el cirujano Ambroise Paré, utilizando las nuevas tecnologías, se comprobó que había coincidencia al superponer la mandíbula y el maxilar superior izquierdo sobre el último retrato de Diana que había realizado el pintor François Clouet. 

Pierre de Brantôme, quien la conoció y trató, declaró en una oportunidad que Diana de Poitiers tomaba habitualmente oro disuelto en sus bebidas convencida de que dicho método le proporcionaría juventud eterna; ésto precisamente es lo que demostraron los investigadores franceses Philipe Charlier (especialista en Medicina Legal del Hospital Raymond Poincaré), Joel Poupon (experto en Biología toxicológica del Hospital Lariboisière) e Isabelle Huynh-Charlier (radióloga del centro Pitié-Salpêtrière), su trabajo de  investigación tuvo como resultado gran presencia de ese metal en los restos de la favorita del rey.

No era reina, no llevaba corona, las joyas no hubieran podido contaminar el pelo y los tejidos, y el oro no se utiliza como producto de embalsamamiento, sucedió entonces, lo dicho por de Brantôme: Diana, obsesionada por conservar su belleza magnífica natural, habría bebido una solución líquida de oro que le habría dado una tez muy pálida, casi líbida. Una concentración de oro tan alta como la que encontraron, podría corresponder a un síndrome de intoxicación crónica que provocaría anorexia, náuseas, diarrea, empobrecimiento del cabello y anemia, lo que explicaría la tez particularmente pálida otrora bellísima mujer.

LA BÚSQUEDA DE LA BELLEZA INMORTAL ES AÚN OBSESIÓN PARA MUCHOS Y HA LLEVADO A LA MUERTE A OTRO TANTO. COMO SE VE, NO ES UN TEMA ACTUAL.

Gracias Nancy por compartir esta historia maravillosa sobre una de las amantes más amadas en Francia.  Nos quedará por siempre la duda de quién se lo habrá aconsejado, de hecho vivió hasta los 66 años, una edad muy avanzada para esa época.

Silvia Ramos de Barton
Directora

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